viernes, 15 de marzo de 2013

Declaración


Me gustan los besos que no me das
porque puedo manejarlos a mi antojo.
Abrir mis labios lentamente y dejar que
el fantasma de tu aliento me estremezca con su roce.

Cuando no me besas puedo permitirme la sonrisa que esquiva el beso
y entregarte mi deseo con una mirada.

Otras veces muerdo tus labios con mis pensamientos húmedos
y te quedas habitando mi respiración agitada.

Algunas noches rozo tu boca con la punta de la lengua
y exploro el compás de tu corazón agolpándose en ella.

Hay mañanas en las que tus ojos me besan traviesamente
y la comisura de mis labios te gritan mi deseo de carmín azucarado.

Me gustan los besos que no me das
porque puedo manejarlos a mi antojo.
Pero si tú, amigo, decides atrapar mi nombre y besarme,
puedo escribir en tu piel mis fantasías.