jueves, 23 de mayo de 2013

"LA TORRE Y EL JARDÍN", UNA NOVELA INESPERADA


Dice José Ángel Cilleruelo, en el prólogo que escribió para "Cosmología esencial" de Rafael Pérez Estrada, que toda obra literaria es inesperada y que, cuanto más inesperada sea ésta, mayor es su importancia. Así es "La torre y el jardín", la última novela de Alberto Chimal (Toluca, 1970).

"Yo y mi otro yo" - Sarai Robledo 2013

Un edifico que es más grande por dentro que por fuera y que funciona como un burdel, es el escenario en el que se desarrolla la historia (o las historias) de esta alucinante novela. Paredes que hablan, personas que aparecen y desaparecen, espacios con extensiones y formas que nos suenan imposibles, habitaciones jamás imaginadas y en las que se hacen realidad las fantasías de los clientes que acuden a este lugar al que llaman El Brincadero.

Confieso que comencé a leer la novela justo el primero de enero de este año y que el libro me duró menos que los capítulos que lo componen; no por su corta extensión o por la ligereza de su lectura, sino porque no podía parar de leer. Cuando terminé, comencé a pensar en todo lo que viví al lado de los personajes que se introdujeron a tan alucinante burdel y traté de identificar algunas palabras que podrían ayudarme a expresar lo que "La torre y el jardín" fue para mí:

INESPERADA

Fue inesperado encontrarme de pronto dentro de El Brincadero y preguntarme a ratos si yo también estaba escuchando la misma voz que Kustos y Armando escuchaban. Alberto logra que, incluso, pueda uno percibir el tono y el acento de la voz que sale de las paredes de la Torre aunque —y este es uno de los desconciertos— también llega el momento en que no sabes si esa voz es la voz de tu propia consciencia.

CLAUSTROFÓBICA

Sentir que estás atrapado en la Torre y que no puedes cerrar el libro sin conocer qué es y dónde está el Jardín. Recorrer las habitaciones de la Torre y observar sus detalles tan disímiles entre sí, sentir la respiración del elefante al otro lado de una de las paredes, pensar que alguien te observa mientras caminas hacia 'ningún lado', no encontrar rastro de tu paso por donde tu orientación te indica que ya pasaste, ser una repetición en espacios constantemente distintos. La Torre se mueve, tú no.

DESCONCERTANTE

Hay momentos en que uno se siente no sólo más inteligente que los personajes, sino que la Torre misma y ésta se encarga de decirte: “no, estás en mi espacio, es mi entraña y aquí gobierno yo”. Entonces regresas a tu papel de inconforme, de investigador, de visitante... de cliente.

VERTIGINOSA

"La torre y el jardín" tiene ritmos diferentes: a ratos sientes que vas caminando con calma, que puedes apreciar cada espacio, cada detalle, cada palabra que se dice y cada silencio que se pronuncia; en otros momentos todo pasa muy rápido, puede un hombre desaparecer y hablarnos desde una dimensión distinta que no logramos comprender, una escalera parece absorbernos y dejarnos perdidos en la nada o corremos sin rumbo hasta que la Torre decide dejarnos en paz; también hay momentos en los que logramos entrar no sólo en la psique, sino en el corazón de los personajes, momentos en que nos duelen sus dolencias y nos alegran sus posibilidades; hay tiempos en que le revuelve a uno el estómago la misma inmensidad de la Torre que se siente como un baobab dentro de nosotros y también hay esos espacios donde uno respira y se queda contemplando a las criaturas del otro lado de la reja.

ILUMINADORA

¿Les ha pasado que hay momentos en que un libro les dice algo que pareciera ser como un flashaso que entra por sus pupilas, les hace levantar la vista al tiempo que cierran el libro de golpe, exhalan un silencio mientras el ruido ensordecedor los abruma por dentro y hasta entonces, vuelven a leer* ? Eso.

ENIGMÁTICA

Uno es un curioso más al lado de los personajes. Todos hablan de lo que pasa dentro de la Torre y de un Jardín que está dentro de ese lugar, pero nadie sabe cómo es y, al menos como lectores, tampoco sabemos por qué quieren conocer ese lugar. No obstante, creo que el principal enigma no es encontrar ese espacio físico sino lo intangible que conlleva la idea del jardín. Cada acercamiento a ese lugar nos va revelando más verdades y más incógnitas acerca de los personajes. Todo pareciera moverse, armase y desarmarse para no dejarnos encontrar 'ese algo' que buscamos pero, si nos dejamos seducir (siempre vigilantes), una recompensa estará esperándonos en algún lugar de la Torre.

Ahora regreso a la palabras de Cilleruelo quien también comenta que, apesar de la necesidad por lo inesperado, muchos lectores y críticos parecieran estar siempre a la espera de algo: "[...] una generación, unas características, un libro parecido a otro. Así es como se traiciona el espíritu esencial de la literatura". Pues bien, "La torre y el jardín" es una novela de la que podemos o no esperar nada porque su propia literatura se encargará de sostenerse y decirnos que, en efecto, es una novela inesperada.

*A veces pasa que, antes de regresar a la lectura, abrazas el libro por un instante.


viernes, 15 de marzo de 2013

Declaración


Me gustan los besos que no me das
porque puedo manejarlos a mi antojo.
Abrir mis labios lentamente y dejar que
el fantasma de tu aliento me estremezca con su roce.

Cuando no me besas puedo permitirme la sonrisa que esquiva el beso
y entregarte mi deseo con una mirada.

Otras veces muerdo tus labios con mis pensamientos húmedos
y te quedas habitando mi respiración agitada.

Algunas noches rozo tu boca con la punta de la lengua
y exploro el compás de tu corazón agolpándose en ella.

Hay mañanas en las que tus ojos me besan traviesamente
y la comisura de mis labios te gritan mi deseo de carmín azucarado.

Me gustan los besos que no me das
porque puedo manejarlos a mi antojo.
Pero si tú, amigo, decides atrapar mi nombre y besarme,
puedo escribir en tu piel mis fantasías.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Café de Conejo


Dicen que el café de conejo es la peor experiencia. Bebes más de una taza y la conejeína hace rumiar tu cabeza como un dolor que nunca termina.


lunes, 29 de octubre de 2012

Lila Downs en Texcoco - Festival de las Almas 2012



TRAGAR UN POCO DE DOLOR Y DEJARSE INUNDAR POR LA ALEGRÍA; LILA DOWNS EN TEXCOCO

- “Estoy escribiendo ahorita, pero está en la fase primera de composición. Temas sobre la migración y sobre la melancolía”.

- “…trato de verlo (lo que vive) quizás como una persona que siente, que reacciona y que se levanta”

 Lila Downs interpretando "Mezcalito" - Foto: Dorelia Cihuacoatl.
 
“You won't admit you love me. And so how am I ever to know? You only tell me: perhaps, perhaps, perhaps...”, fueron las primeras frases que escuchamos entonar a una mujer de voz embriagadora, huipil, trenzas y collares de jade y coral: era Lila Downs. De esto hace ya bastante tiempo, más de diez años, si no mal recuerdo. El Auditorio "Álvaro Carrillo" de la Universidad Autónoma Chapingo fue el foro en el que Lila (en ese entonces tímida en su porte, pero potente en su voz), nos desconcertaría al escucharla cantar en un momento canciones con toques de jazz y al siguiente una ranchera.

Todavía recuerdo la sensación que experimenté cuando escuché el rasgueo de la guitarra que acompañaría a Lila entonando: Guiÿni'neu' Diuxi pa na'gusiguenda naca guixica guedacaalu' naa…”. "Simuna", un canto zapoteco que jamás había escuchado. No hacía falta traducción, Lila sabía cómo transmitir esa historia de amor.

Hoy, años después, Lila vuelve a presentarse en Texcoco dentro del 10º Festival de las Almas como parte de su gira “Pecados y Milagros”. Es una Lila distinta, con más experiencia sobre el escenario, con un carisma que hipnotiza hasta la última fila y con la misma fuerza que hacía 11 años nos decía que no, no estábamos frente a cualquier persona.


 Lila Downs interpretando "El palomo del comalito" - Foto: Dorelia Cihuacoatl

Lo mismo pudimos escuchar temas de su reciente producción como “Mezcalito”, “Zapata se queda” o “El palomo del comalito”, que las rancheras que tanto le aclaman como “Paloma negra” y “Fallaste corazón”. La sorpresa para muchos fue escuchar “La cucaracha” y “Perro negro”, dos temas de sus discos pasados que “ya tenía mucho que no cantaba y que ya extrañábamos”, según escuché decir a varios de los asistentes. Yo misma también los extrañaba.

Ahora recuerdo cuando en el soundcheck Lila interpretó, a manera de juego y ensayo, un popurrí de temas aún más extrañados: “La niña”, “Sale sobrando” y “Ojo de culebra”. Lila nos ha de mostrado que a lo largo de los años no olvida de dónde es y qué es lo que quiere. Se ha nutrido de las experiencias que su canto le ha llevado a vivir, de los viajes, de la gente que conoce, de los sonidos que recibe, de las palabras que quedan sembradas en ella a cada paso. 
  
Desde aquel día en Chapingo he visto a Lila decenas de veces: ya sea en un concierto casi íntimo en el teatro-bar “El hábito” (ahora “El vicio), con la Orquesta de Jazz de Nueva York de Wynton Marsalis en el Zócalo de la Ciudad de México, con la Banda "Tierra Mojada" en el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, con sus compañeros de “La Misteriosa” en estados como Puebla, Taxco, Tlaxcala y diferentes teatros del Distrito Federal o en el imponente Auditorio Nacional. Lo cierto es que Lila siempre ha sido otra a cada paso y en cada recital los ofrece diferentes matices. 


Ayer, en conferencia de prensa posterior a su concierto, Lila nos platicó un poco de su intimidad, de cómo cada vivencia va marcando lo que refleja en sus canciones. La enfermedad de su esposo es algo que la ha cimbrado y que le hace preguntarse de qué manera va a levantarse y salir adelante con eso: “…es un momento sentimentalmente muy difícil para mí ahorita y supongo que la música que vendrá en seguida tendrá que ver con esto, con algo muy desde adentro”. 

Y es que Lila nos entrega no sólo una producción musical para ser disfrutada como tal, sino que también nos está contando nuestras propias historias: “a veces no es necesario tener otro idioma, a veces sí porque venimos de etnias indígenas, pero a veces buscar a alguien que nos pueda comunicar la manera de la ciudad y los hábitos culturales (del campo) y todo esto hay que ser abiertos a ello, aprender y hacer ese puente porque eso va a enriquecer nuestra vida totalmente”.

La vida diaria, fuente importante para sus composiciones, también se acompaña de la poesía: “…en parte creo que recurrimos a la poesía en momentos muy difíciles, ¿no?...y creo que, bueno Octavio paz lo dijo, creo que estaba conectado con eso y yo recurro a él cuando me encuentro en momentos difíciles. He buscado a Jaime Sabines también en momentos duros y últimamente a Leonard Cohen porque parte de mi cultura también ha sido el inglés y la cultura anglosajona”.

Lila Downs durante la conferencia de prensa - Fotos: Sarai Robledo

 Tras ver nuevamente su sonrisa amplia, su mirada profunda y atenta cuando le hablas y  escuchar esa voz franca que hace años encontré en ella, pienso en cómo es que la música de Lila me sigue diciendo algo desde las entrañas, me cuenta historias de tierra y nube, traspasa lo que pienso para sembrar en mis noches en vela la poesía de mis espíritus, me recuerda que uno ha de regresar siempre al lugar donde está enterrado su ombligo, me hace llorar y sonreír, volar y zapatear, indignarme y dignificarme, tomar de frente al desconsuelo y gozar con el amor, tragar un poco de dolor y dejarme inundar por la alegría.

* Agradezco a Dorelia Cihuacoatl por las hermosas imágenes que tomó durante el concierto y que compartió para esta nota.

martes, 11 de septiembre de 2012

Recuperando versos.


Si bebo la gota de angustia que corre por tu poema, me ahogaría al instante en tus versos de agua salada y de ron adulterado.

lunes, 25 de junio de 2012

El día que escuché a Ernesto Anaya



Lo primero que vi de Ernesto Anaya fue la sonrisa franca y el abrazo ancho, pareciera que todo el mundo cabe en sus brazos. Confieso que nunca había escuchado a Ernesto en vivo. Le conozco y ya le había oído en grabaciones, visto en videos y conocía sus colaboraciones; pero nunca había tenido la oportunidad de ir a ver en una presentación que fuera principalmente de él.



Con su voz que invita a la calma, Ernesto inició contándonos qué íbamos a escuchar esa velada, pero nunca la magnitud de lo que provocaría: “Cantaremos huasteco, istmeño; pero también le cantaremos al amor y desamor, con perfume de flores, con Chava Flores, con versada tradicional, con poesía de la vida misma…”. Los acordes de su guitarra y los primeros sonidos del cuarteto de saxofones Anacrúsax que lo acompañaban, me hizo trasladarme a la Edad Media para, pronto, darme cuenta de que no se trataba de una canción medieval sino de un son tradicional de nuestras costas: La petenera.

 
Y así inició el viaje por las entrañas de nuestro México, por el dolor, por la alegría, por la magia. Nunca habría podido imaginar la maravilla que es escuchar cuatro saxofones entonando arreglos para una guitarra y, en ocasiones, un violín. Nunca habría podido imaginar, tampoco, que la fuerza del son no está en sus palabras sino en quien las canta. Ernesto es un loco que va con el corazón expuesto y lo comparte con su canto.

Cielo rojo, El son de la tortuga (cantada en zapoteco), La interesada (del legendario cronista de la ciudad, Chava Flores), entre otras, fueron algunas canciones que interpretó Ernesto esa noche. Los arreglos que hizo a cada pieza me hacían sentir que era la primera vez que las escuchaba y la fuerza de su voz recorría todas mis historias.

          
Escuchar en vivo a Ernesto Anaya sobrepasa cualquier cosa que pueda uno escuchar de él. Esa noche Ernesto no era el que ha colaborado con grandes como Amparo Ochoa, Los folkloristas, Lila Downs, Áleks Syntek o Ana Torroja; no era el que ha hecho música y arreglos para numerosas películas y programas. Esa noche, Ernesto Anaya fue el genio que es convertido en corazón: “Esta noche nos vamos a enamorar, Dios la puso en el mundo, a la mujer mortal… esta noche vamos a gozar”, expresó. Y yo, me enamoré nuevamente de la vida, de mi México, de su tradición y de su canto que me sabe a tierra, nube y son.

Para conocer más de Ernesto Anaya, pueden dar click aquí y su página de Facebook acá.

* Gracias, Ernesto, por "El cumpleaños de Escolapia". 
** Agradezco a Dorelia Pánuco las imágenes para esta nota
*** El concierto se tituló "Recorriendo el son" y tuvo lugar el 23 de junio de 2012 en Foro El Tejedor de la Carfebrería "El Péndulo", Ciudad de México.

miércoles, 4 de abril de 2012

Alberto Chimal en el 6º Gran Remate de Libros en el Auditorio Nacional.


"La lectura más enriquecedora no es en la
que viene lo del examen, sino la que nos dice algo".
Alberto Chimal.

Por sexta ocasión, el Auditorio Nacional es sede del Gran Remate de Libros que organizan diferentes editoriales para hacer frente a la ley que les prohíbe donar los libros que no se han vendido sino mediante el pago de un impuesto. Esto significa que si una editorial quiere ‘movilizar’ los libros que no se han desplazado de sus bodegas tiene sólo dos caminos: pagar un impuesto por donarlos (a una biblioteca, instituciones, etc.) o pagar otro impuesto por tenerlos en bodegas. ¿Cuál sería el camino más viable? Destruirlos para que no generen esos impuestos.

La dinámica de un Remate de Libros es diferente a la de una Feria del Libro pues se percibe un dejo de melancolía al ver los títulos que, tristemente, parece que no han sido adquiridos en librerías. Sin embargo, también es una excelente oportunidad para conseguir buenos títulos a bajo costo e incrementar esas lecturas que nos están esperando en algún momento de nuestras vidas.

En esta edición del Remate de Libros se retomó lo que el año pasado tuvo mucho éxito: las visitas guiadas. En ellas, escritores como Francisco Hinojosa, Jaura Barrera y Óscar de la Borbolla estarán recorriendo (en diferentes días) los stands de las editoriales para hacer recomendaciones de libros a los asistentes.

Como hace un año, el escritor mexicano Alberto Chimal se unió a estas visitas guiadas y durante tres horas navegó entre los mares de libros para recomendar a quienes le seguían algunos de los muchos títulos que bien valdrían la pena ser leídos.

“Espero que alguno de los libros que recomiende les llame la atención y encuentren en él algo maravilloso”, expresó Chimal al inicio del recorrido. Con la tranquilidad que le caracteriza, Alberto elegía títulos para todos los gustos pues lo mismo recomendaba libros de cuentos que novelas o poemarios. ¿Lo enriquecedor? Que para cada libro había una anécdota, un dato curioso, un porqué debería ser leído.

Igual que el año pasado, Alberto Chimal regaló algunos ejemplares de libros a los asistentes del recorrido (gran gesto de su parte).

Para quienes no pudieron asistir a la visita guiada de Alberto Chimal, pero quieren conocer sus recomendaciones porque van a ir durante la semana, les dejo parte de los títulos de los que habló (algunos con comentarios del mismo Chimal):

NOTA: Pueden seguir a Alberto Chimal en twitter dando click aquí. También pueden ver la lista de recomendaciones de Chimal del año pasado aquí y entrar a su sitio en internet acá.

- "El niño Triclinio y la bella Dorotea" de Ibargüengoitia (ilustrado por Magú).
- “No tengo tiempo” de Arturo Vallejo. Edit. Alfaguara (Premio Caza de Letras de la UNAM. Novela divertida y entrañable. Dato curioso: muchos lectores creían, durante el concurso, que el autor era mujer. Eso habla de cómo el personaje principal, una chica a la que llaman ‘La chaparra’, está muy bien configurado).
- "La clase muerta" de Mario Bellatin. Autor mexicano de los más originales. Experimenta con la escritura.
- "Fantasmas" de Joe Hill. Hijo de Stephen King. Interesante libro
- "La hierba roja" de Boris Vian. Escribe de cosas alocadas y absurdas
- "Albedrío" de Daniel Sada. Interesantísimo leer esta novela que fue escrita con métrica. Sada, recientemente fallecido, fue (y es) uno de los mejores narradores mexicanos.
- "Punto y aparte" de Italo Calvino. Tusquets. Es de ensayos sobre literatura y sociedad.
- De Hugo Hiriart, "Los dientes eran el piano", habla de la imaginación en el arte.
- "El caballero de la Muerte" de Leonardo Sciascia. Novela policiaca donde tiene participación el demonio, incluso.
- “Memorias" de Adolfo Bioy Casares (uno de los favoritos de Alberto Chimal).
- Revista "Cuaderno salmón" en UNAM.
- "El renacimiento", compilación de un periódico mexicano de 1869.
- "Farasalia" de Lucano. No lo vio en el remate de libros, pero lo recomienda mucho Alberto.
- "Cartas a la Habana" de Alfonso Reyes. Cartas con Ureña y demás escritores.
- Juan Goytisolo, escritor del que casi no se habla pero habría que leerlo. Como dato curioso, Alberto comentó que Goytisolo vive en Marruecos y que si alguien encuentra su casa, éste lo invita a pasar e incluso a comer, platica sobre literatura y, al final de la jornada, los despide amablemente.
- "Notas sobre una vida" escrito por Eleanor Coppola, esposa de Francis Ford Coppola en donde relata su vida al lado del afamado director.
- Libros de André Schiffrin: “El control de la palabra” y “La edición de sin editores”. Libros reveladores sobre lo que pasa a nuestro alrededor.
- "La hija de Rappacccini", libro muy raro de Octavio Paz. Es una especie de poema actuado.
- "Versión" de David Huerta (hijo de Efraín Huerta). Por derecho propio, uno de los grandes poetas del país.
- El catálogo de exposición del MUNAL de Julio Ruelas. Macabro, modernista.
- Catálogos del MUNAL: el de James Ensor (belga) de lo más loco que se van a encontrar. - "Invitación al mito" de Segovia.
- "Atisbos" de Andrés de Luna.
- "El poeta en la calle" de Vicente Quirarte.
- "Lounge" de Ricardo Phlenz. Libro muy raro.
- "Los restos del banquete" de Gabriel Wolfson. Primera y bien lograda novela.
- “Cuentos reunidos” de Felisberto Hernández.
- "Vagón fumador", antología de relatos sobre el tabaco (Pessoa, M.Bellatin,etc).
- "Páginas coloniales" de Rafael Gumucio (chileno) Libro de crónicas de viaje. "Memorias prematuras", otro de Gumucio.
- "La más faulera" de Mónica Lavín.
- "A wevo padrino" de Mario Gonzale Suárez.
- "Los minutos negros" de Martín Solares (historia que está a punto de ser llevada al cine).
- De Lawrence Darrel, buscar la serie del Quinteto de Avignon.
- "Acerca de los pájaros" de António Lobo Antunes.
- "Las aventuras de Huckleberry Finn" de Mark Twain (prologado por Bolaño). Edit. Mondadori.
- Libros de Francisco Hinojosa.
- "Tercia de ases" de Agustín Monsreal. Gran cuentista mexicano.
- Si les gusta el ensayo: "Escriba subversiva: una poética de la traducción" de Suzanne Jill.
- Ernesto Lumbrera, "El cielo". Para los que les gusta la poesía. FCE.
- “Lo más cercano al esoterismo que voy a recomendar”, comentó Alberto: ‘Bodas químicas’ de Cristián Rosacruz.
- Unos cásicos: "Narraciones extraordinarias" de Poe y "El hombre que fue jueves" de Chesterton.
- Primo Levi logró sobrevivir a campos de concentración pero vivió atormentado. Hay que leerlo.
- "Jonathan Strange y el señor Norrel" de Susanna Clarke. Esta novela marca el regreso de la magia en la Lit. Inglesa. Alberto recomienda este texto encarecidamente pues tiene figuras maravillosas como un barco de gotas de agua o una catedral donde las gárgolas se animan de repente.
- Leer a C.S. Forester.
- "El primer amor" de Joyce Carol Dates en Edit. Quinteto. Chester Himes, clásico de la literatura negra.
- Manganelli es uno de los autores más locos y raros que se van a encontrar, dice Chimal.
- "A y B" de Giorgio Manganelli. En Anagrama
- "El periodista deportivo" y "La última oportunidad" de Richard Ford. Gran narrador estadounidense.
- Ray Loriga, "El hombre que inventó Manhattan" y Sándor Márai "Divorcio en Buda", autor que se suicida al terminar la obra.
- "Ulises" de James Joyce
- Algunos clásicos como de Tirso de Molina, comedias de Miguel de Cervantes.
- "Cuando el río suena" de John R. Lansdale. Autor texano. Novela sobre el horror cotidiano. Edit. RBA.
- "Omeros" de Derek Walcott. No deben perdérselo! Novela escrita en verso (versión bilingüe) de Anagrama
- De editorial Jus: "Pasto verde" de Parménides García Saldaña.
- "Necrologías" de Antonio.
- "Virtus" de Eve Gil (novela sobre la dictadura mediática).
- Lean a Maupassant: "Bola de Sebo", una maravilla, dice Chimal.
- "La celestina", obra imposible de representar.
- "La noche mexicana" de Lawrence Ferlinghetti. Escritor del beat. Dato curioso: si se le pasaba la hora de la comida, ya no comía. Dice que así sobrevivía.
- "Una historia sin nombre" de Barbey D'aurevilly. "Barbey era como un hipster, pero que sí escribía bien", expresó Chimal.
- "Mujeres desde el Umbral" de Víctor Hugo Rascón Banda. En libros Godot.
- "La piedra lunar" de Tommaso Landolfi. Gran destructor de conceptos y maestro de la sorpresa.
- "La muerte del León" de Henry James. "Paso sin ver" de Jis y "La guerra de los mundos" de Wells. Edit. 6o piso.
- "Crónicas" de Joaquín María Machado de Asís. Un autor sumamente agudo y capaz de examinar lo que le rodea.
- De Etgar Keret: "Pizzería Kamikaze” (no perderse los otros títulos que trae 6º piso de este autor como “Un hombre sin cabeza”).
- "Diario de las estrellas" de Stanislaw Lem. Alberto lo recomienda mucho. Son las aventuras de un viajero interestelar
- Excelente escritor inglés: John Donne. También recomienda mucho los sonetos de Shakespeare (en ediciones 29).
- "Cuentos ciertos e inciertos" de Naguib Mahfuz (La película de ‘El callejón de los milagros’ está basada en un libro de este escritor egipcio).
- "Capitán de mar y guerra" de Patrick O'Brian. Libro de aventuras de marinos.
- "Relaciones y soledades" de Arthur Schnitzler. Novela psicológica. "Los buddenbrook" de Thomas Mann (Nobel).
- "La perfecta espiral" de Héctor de Mauleón en Cal y Arena.
- Colección de Gedisa sobre cine: "Casablanca", "shoah", Salma Rusdhie escribiendo sobre "El mago de Oz", libro pa'disfrutar.
- ¿Qué pasaría si Cristo fuera celebridad? Un texto de Alberto en la revista ‘Número Cero’ de editorial Almadía.
- También de Almadia, de J.M. Servín, "Mujeres de ojos amarillos". "Después del derrumbe" narradores de Oaxaca.
- "La sombra del sol" de Mario González Suárez. Novela contada como obra de teatro. Edit. Almadía.
- “Ficciones” de Borges es un libro que marcó a Alberto durante su adolescencia.

viernes, 30 de marzo de 2012

domingo, 16 de octubre de 2011

#30libros- Día 13

DÍA 13. Uno que lo haya motivado a visitar algún lugar: “La India literaria” de Teresa E. Rohde (compiladora).

Este libro, editado por Porrúa, es una compilación de diferentes textos de la India que narran la historia, costumbres y cosmología de este país. En él encontramos escritos que son un pilar en la cultura hindú como las Leyes de Manú, escritos de los Vedas y los Brahamanas, fragmentos de los Vedanta Sutras, el Ramayana, etc.



También contiene poesía, teatro, leyendas, cuentos y fábulas.

He de confesar que he sentido atracción por la cultura hindú desde hace muchos años. Sin embargo, después de leer este libro (cuando tenía como 13 o 14 años), me prometí viajar para conocer cómo se vive realmente las maravillas que leí en este libro.

Mientras la hora del viaje llega, continúo adentrándome al conocimiento de la espiritualidad, las costumbres, la comida, la música, la arquitectura, las historias, las películas (de Bollywood y no), sus danzas y demás esferas de la cultura hindú.